martes, 14 de junio de 2016

Galette de Calabacín y Queso



Esta tarta salada de aspecto rústico está hecha con una masa crujiente rellena de una mezcla de quesos aromatizada con albahaca y de rodajas de calabacín. Está más rica cuando se consume caliente o templada, pero también se puede consumir a temperatura ambiente.

La base de esta tarta es un mezcla entre una masa quebrada y una masa de hojaldre. Es muy crujiente, pero no tan arenosa como la masa quebrada. Es más fácil de estirar con el rodillo que una masa quebrada y está muy rica. Aunque merece la pena prepararla en casa y además es muy fácil de hacer, si no quieres complicarte mucho o no tienes tiempo para prepararla, puedes comprar una masa de las que ya vienen estiradas. Puedes sustituirla por una masa quebrada (masa brisa o brisée, en francés) o bien por masa de hojaldre.

Es perfecta como entrante o primer plato, o bien, para una comida o una cena a base de tapas para compartir.

Si te gusta esta galette, te recomendamos que pruebes nuestras galettes dulces:
- Galette de Melocotones y Arándanos.
- Galette de Fresas y Queso

Sobre los ingredientes...

La base de la tarta se hace con harina, sal, mantequilla, zumo de limón, nata agria y agua.

La nata agria o crema agria también se conoce como sour cream, en inglés. Se trata de nata acidificada con bacterias de la leche que generan ácido láctico. Es espesa y cremosa y tiene un sabor agrio que recuerda al yogur, a la mantequilla y a las nueces. La versión francesa de la "sour cream" es la crème fraîche, La principal diferencia entre ellas es que la crème fraîche tiene un mayor contenido en grasas (30 - 35%) y un menor contenido de proteínas. En esta receta podemos utilizar cualquiera de las dos.

Si no las encuentras en tu supermercado (en la sección de productos refrigerados), puedes preparar algo muy parecido muy fácilmente en casa. Mira cómo hacerlo en nuestro post de la receta de la crème fraîche caseraTambién se puede sustituir por la misma cantidad de yogur griego.

Para preparar el relleno de queso se necesita mozzarella, parmesano y ricotta, aceite de oliva, ajo y albahaca.

El queso ricotta es un queso de origen italiano que se obtiene a partir del suero de leche que sobra de hacer otros quesos blandos y se cuece a alta temperatura. Es de color blanco, sabor suave, y textura blanda y granulosa. Es muy producto fresco que hay que consumir rápidamente ya que sólo aguanta en buenas condiciones algunos días después de su fabricación. En España este tipo de queso también se conoce como requesón y se produce principalmente en las regiones del norte del país (Cantabria, Pirineos, Galicia).

A veces el queso ricotta viene un poco acuoso. En este caso, es necesario escurrir el agua antes de usar el queso en la receta.

Albahaca Fresca
La albahaca es una de las hierbas aromáticas más representativas de la cocina italiana. Con ella se prepara la famosa salsa "pesto de albahaca genovés" o "pesto di basilico" en italiano.

Se trata de una salsa a base de hojas de albahaca fresca, piñones, ajo, aceite de oliva y queso parmesano, originaria de la región de Liguria donde crece la albahaca por la que es famosa la Riviera italiana.

La albahaca es una planta muy fácil de cultivar. Si dispones de un pequeño huerto o de una terraza donde se puedan colocar unas macetas, es una buena idea plantar unas plantas de albahaca para poder consumirla fresca y recién cortada.


En la receta que os traemos hoy, la albahaca se usa fresca. Sin embargo, si no dispones de ella, puedes usar albahaca o deshidratada. Lo único que hay que tener en cuenta es que si es seca, se pone la mitad de cantidad.

Sobre la forma de prepararla...

La preparación es muy sencilla. Sólo hay que estirar con el rodillo la masa para la base de la tarta, repartir encima la mezcla de queso dejando libre un borde de unos 3 cm y colocar el calabacín cortado en rodajas. Por último, se dobla el borde de la masa hacia el centro, se pinta con huevo y se hornea.

Para preparar la masa no necesitas utensilios especiales, aunque se puede hacer con un robot de cocina o una batidora con un accesorio para picar o triturar.

Para que quede perfecta, el truco es que los ingredientes estén muy fríos. Es necesario tener la harina en el congelador durante media hora. Después, hay que añadir la mantequilla muy fría cortada en dados y hacer que se integre con la harina cortándola en trocitos más y más pequeños al mismo tiempo que se mezcla con la harina utilizando uno o dos cuchillos (también hay accesorios amasadores o mezcladores para hacerlo). Hay que conseguir tener algo parecido a pan rallado muy grueso.

Con un robot de cocina o un accesorio picador/triturador, esto se consigue presionando el botón que hace funcionar el triturador con pulsaciones intermitentes de 2-3 segundos hasta conseguir la textura de pan rallado grueso.

Una vez hecho esto, se añade una mezcla de zumo de limón, nata agria y agua y se mezcla hasta formar una bola. Esta bola debe guardarse en la nevera durante 30 minutos envuelta en plástico de cocina (film transparente). Después ya sólo queda estirarla con el rodillo.

Con un robot de cocina este paso también se consigue con pulsaciones cortas intermitentes mientras se añade el líquido a la mezcla de harina y mantequilla, hasta que la pasta comience a unirse. En este caso no es necesario que forme una bola. Esto debe hacerse de forma manual tras sacar la pasta del robot de cocina.

Lo ventaja principal de esta masa, además de que está muy rica, es que es mucho más fácil de estirar con el rodillo que una masa quebrada. La masa quebrada, tras sacarla de la nevera puede estar demasiado dura para estirarla y puede ser necesario esperar a que aumente un poco su temperatura para que se estire más fácilmente. Sin embargo, si su temperatura sube mucho, se puede pegar a la superficie de trabajo. Esto no ocurre con la masa de esta receta, que se puede estirar mucho más fácilmente desde el momento en que se saca de la nevera.

Otra ventaja de esta masa sobre la masa quebrada es que es más elástica y no se rompe tan fácilmente cuando se estira.

Para preparar el relleno de queso, tan sólo hay que mezclar todos los ingredientes en un recipiente. En cuanto a los calabacines, es necesario cortarlos en rodajas finas y ponerlos sobre papel absorbente espolvoreados con sal final. En unos minutos soltarán parte del agua que contienen y esto evitará que la galette quede acuosa.

Sobre su conservación...

Si te sobra algo de galette, la puedes conservar en la nevera. Sin embargo, tras sacarla, debes esperar a que se ponga a temperatura ambiente, o mejor aún, puedes calentarla ligeramente, ya que está más rica templada o caliente. 

Si se mete en el microondas, la base perderá su textura crujiente y se pondrá blanda. Para templarla, lo mejor es calentarla en el horno o bien con el gratinador del microondas (si el microondas dispone de gril para gratinar).

También se puede congelar, entera o bien en raciones individuales envueltas en papel de aluminio. En este caso, puedes meterla directamente al horno o al gril para descongelarla y al mismo tiempo calentarla y que quede crujiente.


Aquí os dejo la receta. ¡Espero que la disfrutéis! :-)

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INGREDIENTES (8 raciones):

Para la base:

- 165 g de harina
- ¼ de cucharadita de sal
- 115 g de mantequilla
- 4 cucharadas de nata agria (sour cream o crème fraîche). Pueden sustituirse por la misma cantidad de yogur griego
- 2 cucharaditas de zumo de limón recién exprimido
- 4 cucharadas de agua fría (puedes añadir 1 o 2 más si es necesario)

Para el relleno de queso y calabacín:

- 1 calabacín
- 1 cucharada y 1 cucharadita de aceite de oliva virgen
- 1 cucharadita de ajo machacado (aproximadamente 1 diente de ajo pequeño machacado)
- 125 g de queso ricotta
- 30 g de queso mozzarella rallado
- 30 g de queso parmesano rallado
- 1 cucharada de albahaca fresca picada (o bien, 1/2 cucharada de albahaca seca)
- Sal al gusto
- Pimienta negra al gusto

Para el acabado:

- Un huevo batido para pintar


INSTRUCCIONES DE LA RECETA PASO A PASO:

En el siguiente vídeo en alta definición puedes ver las instrucciones de la receta paso a paso con imágenes. La música de este vídeo es Royalty Free y está disponible aquí:
- Happy Trip
- Dreams Of Success
Winds Of Inspiration




En primer lugar preparamos la pasta para la base de la galette...

1) Pon una fuente amplia la harina y métela en el congelador durante 30 minutos.

2) Mientras tanto, pon en cuenco pequeño el zumo de limón, la nata agria y el agua. Mézclalo bien dando vueltas con una cuchara hasta tener una mezcla homogénea. Ponlo en la nevera hasta el momento de usarlo.

3) Corta la mantequilla en dados y ponla de nuevo en la nevera hasta el momento de usarla.

4) Tras los 30 minutos, saca la harina del congelador. Añade la sal y mézclala con la harina dando vueltas con una cuchara. Añade la mantequilla cortada en dados, mézclala con la harina y córtala en trocitos cada vez más pequeños ayudándote de uno o dos cuchillos hasta conseguir que la mezcla tenga la consistencia de pan rallado grueso (puedes ver imágenes en el vídeo).

NOTA: Si dispones de un robot de cocina o una batidora con un accesorio triturador puedes conseguir el mismo resultado presionando el botón para triturar con pulsaciones intermitentes de 2-3 segundos, hasta que consigas la consistencia de pan rallado grueso.

5) Añade la mezcla de zumo de limón, nata agria y agua. Mézclalo con una cuchara hasta que se forme una pasta muy espesa que se una formando una bola. Si queda demasiado seca y no consigues que se una, puedes añadir una o dos cucharadas más de agua (de una en una según se necesite).

NOTA: Si dispones de un robot de cocina, o una batidora con un accesorio triturador, presiona el botón para triturar con pulsaciones intermitentes de 2-3 segundos, mientras añades la mezcla de zumo de limón, nata agria y agua, hasta que se forme una pasta que comience a unirse. Hay que parar antes de que se una por completo.

6) Envuelve la pasta en plástico de cocina o film transparente y déjala en la nevera durante al menos 30 minutos.

NOTA: También puedes prepararla hasta este punto el día anterior al que vayas a hacer la galette.

Continuamos preparando el relleno de queso y calabacín...

7) Corta el calabacín en rodajas de 0,5 centímetros de grosor aproximadamente. Colócalas sobre papel absorbente y espolvoréalas con sal. Deja que reposen para que suelten parte del agua que contienen.

8) Mezcla en un cuenco el aceite de oliva y el diente de ajo machacado.

9) Pon en un cuenco los quesos, la albahaca, una pizca de sal y pimienta negra al gusto. Añade 1 cucharadita de la mezcla de aceite de oliva y ajo. Mézclalo bien dando vueltas con una cuchara.

Finalmente, montamos la galette y horneamos

10) Precalienta el horno a 205 ºC.

11) Pon la masa sobre una superficie de trabajo ligeramente enharinada. Estírala con el rodillo enharinado hasta tener un círculo de 30 cm de diámetro. Para conseguir que la masa tenga un grosor uniforme, pasa el rodillo desde el centro hasta los extremos. Para evitar que se pegue a la superficie de trabajo, gírala 90 grados cada cierto tiempo y pon más harina en la superficie (y en el rodillo) si es necesario.

12) Una vez estirada, enróllala sobre el rodillo sin presionar para trasportarla hasta la bandeja de hornear. Estírala sobre la bandeja cubierta de papel de hornear.

13) Esparce sobre la masa estirada la mezcla de quesos dejando un borde de unos 3 cm.

14) Coloca los calabacines secados con papel absorbente por encima. Esparce sobre ellos el resto de la mezcla de aceite de oliva y ajo.


15) Pliega el borde de la masa hacia dentro con cuidado de no romper la masa (puedes ver imágenes en el vídeo).

16) Pinta el borde con huevo batido.

17) Hornéala en el horno precalentado a 205 ºC durante unos 40 minutos o hasta que esté de un profundo color dorado.

18) Tras sacarla del horno deja que se enfríe sobre la bandeja hasta que esté ligeramente templada.

¡Y a disfrutarla!