Esta es una variante de la famosa salsa italiana pesto de albahaca o "pesto di basilico", que introduce rúcula fresca y nueces en la lista de ingredientes.
¿Qué es el pesto?
Habitualmente la palabra "pesto" se refiere a la salsa pesto de albahaca, pesto di basilico en italiano, que es una de las salsas clásicas de la cocina italiana y típico de la región italiana de Liguria. Se trata de una salsa de textura espesa, muy sabrosa y muy aromática, a base de hojas de albahaca fresca, piñones, ajo, queso parmesano y aceite de oliva virgen extra.
Aunque el pesto de albahaca es el pesto más famoso, existen muchas variantes, como, por ejemplo, el pesto de tomates secados al sol (pesto rosso), el pesto de pimientos asados, el pesto de espinacas o la receta de pesto de rúcula que os traemos hoy.
¿Qué debe tener una salsa para ser un pesto?
Para que una salsa se pueda considerar un pesto, tiene que tener las siguientes características:
- Entre los ingredientes debe haber hierbas aromáticas frescas como, por ejemplo, albahaca, menta, o eneldo, frutos secos, queso (uno o varios tipos), ajo y aceite de oliva virgen extra.
- No se cocina: Los pestos no llevan ningún tipo de cocción. Son salsas frías, sin cocinar. Se preparan triturando sus ingredientes hasta conseguir una pasta espesa, así que sus ingredientes están crudos y su sabor es fresco.
- Su textura debe ser espesa de forma que pueda untarse en pan sin que se empape y se humedezca demasiado.
¿Para qué se utiliza el pesto?
Lo más habitual es utilizar el pesto como salsa para la pasta. En este caso, se mezcla con la pasta una vez cocida y escurrida. Es posible que sea necesario añadir algunas cucharadas del agua de cocción de la pasta para que no quede seco, ya que la pasta recién escurrida absorbe mucha agua.
Sin embargo, hay muchas otras formas de utilizarlo. Aquí te dejamos algunas ideas:
- Aderezo: Mezcla una o dos cucharadas de pesto con la misma cantidad de aceite de oliva virgen extra y utiliza la mezcla para aderezar la ensalada, o bien, verduras a la plancha o verduras cocidas.
- Tostas: Unta el pesto sobre una rebanada de pan tostado y añade sobre él otros ingredientes, como por ejemplo, tomates cherry, jamón, queso, etc.
- Sándwiches: Unta el pan del sandwich con pesto para darle un toque de sabor. Va especialmente bien en los sándwiches de queso fundido a la plancha (grilled cheese sandwiches) pero también combina muy bien con los sándwiches de jamón, de pavo, de vegetales, de verduras, etc.
- Quesadillas: Añade una cucharada de pesto sobre los ingredientes de la quesadilla antes de cocinarla. Esto la llevará a otro nivel.
Sobre los ingredientes...
La lista completa de ingredientes y las cantidades exactas la puedes encontrar en la versión imprimible de la receta más abajo ⬇️. Aquí te contamos algunas curiosidades sobre los ingredientes y cuál es su papel en la receta.
En esta receta, la base del pesto son hojas de rúcula fresca. La rúcula también se conoce como arúgula, rúgula, ruqueta, jaramago o berro italiano, y es una hortaliza de la familia de las crucíferas, como la coliflor, el brócoli y las coles. Tiene su origen en Italia, donde ya se consumía en la época de los romanos, que recolectaban la que crecía de forma salvaje.
Tiene un sabor ligeramente picante y suele utilizarse en ensaladas de todo tipo, en tostas, en bocadillos, sobre pizzas (una vez que salen del horno), en platos de pasta, en salteados y en pestos con el que os traemos hoy.
La rúcula también tiene muy buenas propiedades nutricionales y muchos beneficios para la salud. Destacan los siguientes:
- Es rica en nutrientes, entre los que destacan el calcio, el potasio, el fotato (vitamina B9), vitamina C, vitamina K y vitamina A (en forma de betacaroteno), y también en fibra y fitoquímicos.
- Reduce el riesgo de cancer: Las verduras crucíferas contienen glucosinolatos, sustancias que contienen azufre, que el cuerpo descompone en varios compuestos beneficiosos como el sulforafano. Este compuesto puede inhibir el desarrollo de las células cancerosas en sus fases iniciales.
- Previene la osteoporosis: Como tiene un alto contenido de varios nutrientes clave para la salud de los huesos, como el calcio, el magnesio y la vitamina K, que ayuda a que el calcio se almanecene en los huesos, favorece la mineralización ósea.
La hierba aromática que utilizamos en este pesto es albahaca fresca.
El queso parmesano es un queso italiano muy famoso que tiene una consistencia dura y granulosa. Se suele usar rallado y se emplea frecuentemente para gratinar. Aunque se suele comercializar ya rallado, si se encuentra en trozos o cuñas, es mejor comprarlo así y rallarlo en casa, ya que, será de mejor calidad que el que se compra rallado.
Asegúrate de utilizar un aceite de oliva virgen extra de calidad, ya que se notará en la calidad final del pesto.
Utilizamos zumo de limón como conservante para que el pesto no se oxide y conserve su color verde brillante una vez hecho.
Sobre la forma de prepararlo...
La forma tradicional de preparar un pesto es utilizando un mortero para machacar las hierbas aromáticas y los frutos secos hasta obtener una pasta muy espesa, que se mezcla después con aceite de oliva y con el queso rallado.
Sin embargo, en el caso de esta receta, que lleva gran cantidad de hierbas, este método no es muy práctico. En su lugar, es mucho más fácil poner todos los ingredientes excepto el queso rallado en el vaso de batidora y batir hasta obtener una pasta espesa. El último paso es mezclar el queso rallado con la pasta dando vueltas con una cuchara.
También se puede utilizar una picadora o robot de cocina con pulsaciones cortas para que la textura sea un poco más granulada y no tan suave.
Sobre su conservación...
La salsa se puede preparar con antelación y guardarla en la nevera hasta que se vaya a usar. Es bueno echarle un chorrito de aceite de oliva para que cree una capa sobre la superfie para que no se seque.
Aguantará en buenas condiciones hasta 4-5 días en la nevera cubierto con film transparente. Con las bajas temperaturas se pondrá más espesa, pero volverá a su consistencia normal cuando se ponga a temperatura ambiente.
También se puede congelar. Si se congela, lo mejor es hacerlo separándola en pequeñas porciones, por ejemplo dentro de recipientes de yogur cubiertos con papel de aluminio, para sacarla poco a poco cuando se necesite.
Aquí os dejo el vídeo y la versión imprimible de la receta. ¡Espero que la disfrutéis! :-)
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VÍDEO DE LA RECETA, INGREDIENTES E INSTRUCCIONES PASO A PASO:
Esta es una variante de la famosa salsa italiana pesto de albahaca o "pesto di basilico", que introduce rúcula fresca y nueces en la lista de ingredientes.
INGREDIENTES:
- 35 g de rúcula
- 25 g de albahaca
- 1 diente de ajo grande, o bien, 2 pequeños
- 2 cucharadas de nueces
- 120 ml (media taza) de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada de zumo de limón
- Sal al gusto (aproximadamente 1 cucharadita rasa)
- Pimienta negra al gusto
- 25 g de queso parmesano rallado fino
INSTRUCCIONES DE LA RECETA:
-
Pon en el vaso de la batidora la rúcula, la albahaca, el ajo, las nueces, el aceite de oliva virgen extra, el zumo de limón, la sal y la pimienta. Tritúralo muy bien.
-
Añade el queso parmesano rallado y mézclalo dando vueltas con una cuchara.
INFORMACIÓN NUTRICIONAL:
*) Los valores de nutrientes son un cálculo aproximado por ración.
**) No incluye los valores de sodio procedente de la sal añadida, ya que la cantidad depende del gusto de cada uno.
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