viernes, 11 de septiembre de 2015

Scones de Manzana, Queso Cheddar y Salvia Fresca



Los scones son unos bollos ingleses que normalmente se toman en la hora del té con mantequilla o mermelada. Son similares a los "American Biscuits" con la diferencia de que estos últimos son salados mientras que los scones suelen ser más dulces y también se les suelen incorporar frutas frescas como arándanos o deshidratadas como pasas, etc.

Se toman cuando todavía están templados y están más que deliciosos. Tienen un exquisito sabor a mantequilla y son crujientes por fuera y suaves y esponjosos por dentro. Son como una golosina. ¡Un verdadero vicio! :-)

Esta es una versión de los scones tradicionales en la que mezclamos sabores dulces y salados con hierbas aromáticas y el resultado no puede ser mejor :-)

Son perfectos para el desayuno, la merienda, para acompañar una comida o para un tentempié a cualquier hora del día.


Sobre los ingredientes...

La base de los scones se hace con harina de trigo, mantequilla, levadura química de repostería, azúcar, mantequilla, huevo y leche. A esto se añade el queso cheddar, la manzana y la salvia.

Para que adquieran ese bonito color dorado, se pintan con huevo mezclado con un poco de leche antes de meterlos al horno.

La levadura química de repostería es comúnmente conocida como levadura Royal, ya que ésta es una de las marcas comerciales que la fabrica. Se comercializa en forma de polvo blanco y se trata de una levadura que se activa con las altas temperaturas de horno. Es decir, a diferencia de la levadura de panadería, no necesita fermentación previa.

Queso Cheddar
El queso Cheddar es un queso de origen inglés originario de la villa de Cheddar, en Somerset. Sin embargo, hoy en día se fabrica en Reino Unido, Irlanda, Canadá, Estados Unidos, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Argentina, Suecia y Australia.

Se hace con leche de vaca y dependiendo del tiempo de curación podrá ser de sabor suave o de sabor mas fuerte en los cheddar curados. Hay variedades de color pálido y las hay que tienen un color anaranjado.

Se suele vender en bloques de unos 200 g empaquetados.

El queso cheddar que usamos en esta receta es queso cheddar curado y, por tanto más, sabroso que el queso suave. Si no lo encuentras puedes sustituirlo por otro queso sabroso que te guste y que no sea de los que se funden fácilmente.


Salvia Fresca
La salvia es una hierba aromática de la misma familia que la menta, el orégano, el tomillo y el romero.

Su nombre proviene del latín "salvare" que significa "curar", y es que, además de emplearse en la cocina, es una planta considerada medicinal y se usa mucho en medicina natural, ya que se le atribuyen propiedades antisépticas, antimicrobianas, digestivas, cicatrizantes y antiinflamatorias, entre otras.

En la cocina, los países en los que más se usa son Italia y Estados Unidos. Se usa tanto fresca como seca para aromatizar guisos de carnes y salsas.

También se usa como condimento en embutidos y para aromatizar quesos. En España se suele tomar en infusión.

De la misma manera que otras hierbas aromáticas como por ejemplo la albahaca, es muy fácil de cultivar y podemos tenerla en casa en una maceta. De esta manera se pueden ir cortando las hojas poco a poco según se necesiten y así se puede disfrutar de salvia fresca cuando se desee.

En esta receta, la salvia que se utiliza es salvia fresca. Si no la encuentras, puedes sustituirla por romero fresco y los scones también quedarán muy ricos :-).




Sobre la forma de prepararlos...

La forma de prepararlos es muy sencilla y no se requieren utensilios de cocina especiales.

Para que queden perfectos es importante que la mantequilla esté muy fría. El motivo es que hay que mezclarla con la harina presionando con las yemas de los dedos hasta conseguir una textura parecida a la del pan rallado grueso. Es decir, tienen que quedar una especie de miguitas sueltas. Si la mantequilla no estuviera suficientemente fría o si se calienta con el calor ambiente o el de las manos, en lugar de migas sueltas, puede quedar una especie de pasta pegajosa. Esto último no es lo deseado, ya que los scones quedarían duros.

Si en tu cocina hace mucho calor o si los haces en verano, un truco para evitar esto es meter la harina en el congelador unos minutos (junto al recipiente en el que vayas a hacer la mezcla).

Igual que la mantequilla, el resto de ingredientes (huevo, leche, queso...) también deben estar fríos.

Por otro lado, hay que ser muy rigurosos con las proporciones de los ingredientes para que la masa no quede ni poco densa ni demasiado densa y se pueda trabajar bien. Ten en cuenta que habrá que formar una bola, aplastarla formando un disco y cortarlo con un cuchillo en 8 porciones iguales. Si la masa estuviera poco densa, se pegaría a la superficie de trabajo y no conservaría su forma.

Una vez hecha la masa, tampoco dejes que se caliente antes de estirarla. Si vas a tardar en hornearlos, lo mejor es darles la forma de scones, colocarlos en la bandeja de hornear cubiertos con film transparente o plástico de cocina, para que conserven la humedad y no se sequen, y ponerlos en la nevera hasta el momento de hornear.

Este es un buen truco para tenerlos recién hechos en el momento en el que los vayas a consumir, sin tener que dedicar tiempo a preparalos previamente. Sólo meterlos al horno y listos! En este caso, no los pintes con huevo hasta el momento justo de meterlos al horno.


Sobre su conservación...

Cuando más ricos están en cuando están recién hechos y todavía están templados, ya que estarán crujientes por fuera y tiernos por dentro. Se conservan bien unos 3 días después de hacerlos si los pones en un lugar fresco y seco cubiertos con film transparente (plástico de cocina) para que no se sequen y se pongan duros. Sin embargo, con el paso del tiempo, perderán la textura crujiente del exterior y se pondrán más blanditos.

Una vez que se hayan enfriado, para que estén más ricos, puedes meterlos unos minutos en el horno, hasta que estén templados. Si tienes un microondas con gratinador, también puedes usarlo, poniendo los scones en la parte baja del microondas. Esto te ahorrará el tiempo de calentar el horno. ¡Cuidado! Usa el microondas sólo con el gratinador. Si no dispones de gratinador en el microondas, no lo utilices ya que los scones perderían su textura crujiente y quedarían calientes pero blandos.

También se pueden congelar envueltos en papel de aluminio. Si lo haces cuando están recién hechos, tras descongelarlos estarán igual que si acabaras de hacerlos. El mejor momento para congelarlos es cuando se han enfriado pero todavía no están a temperatura ambiente sino que están tibios. Usa el horno o el gratinador del microondas para calentarlos hasta que estén templados y estarán perfectos. También puedes meterlos congelados y así se descongelarán y se calentarán al mismo tiempo.

Aquí os dejo la receta. ¡Espero que la disfrutéis! :-)

¿Te gustan los scones? Puedes encontrar más recetas en nuestra Página de Scones.

¿Te gustan la manzana? Puedes encontrar más recetas en nuestra Página de Recetas con Manzana.

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VÍDEO DE LA RECETA, INGREDIENTES E INSTRUCCIONES PASO A PASO:

En el siguiente vídeo en alta definición puedes ver las instrucciones de la receta paso a paso con imágenes. La música de este vídeo es Royalty Free y está disponible aquí:
Minimal Illusions
Winds Of Inspiration




Scones de Manzana, Queso Cheddar y Salvia Fresca

Los scones son unos bollos ingleses que normalmente se toman en la hora del té con mantequilla o mermelada. Son similares a los "American Biscuits" con la diferencia de que estos últimos son salados mientras que los scones suelen ser más dulces y también se les suelen incorporar frutas frescas como arándanos o deshidratadas como pasas, etc. Se toman cuando todavía están templados y están más que deliciosos. Tienen un exquisito sabor a mantequilla y son crujientes por fuera y suaves y esponjosos por dentro. Son como una golosina. ¡Un verdadero vicio! :-) Esta es una versión de los scones tradicionales en la que mezclamos sabores dulces y salados con hierbas aromáticas y el resultado no puede ser mejor :-)

INGREDIENTES:

Para los scones:
  • 260 g de harina de trigo
  • 2 cucharaditas de levadura química de repostería
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 1 cucharadita de azúcar
  • 115 g de mantequilla muy fría cortada en dados pequeños
  • 1 huevo frío (recién sacado de la nevera)
  • 3 cucharadas de leche
  • 1 manzana en dados muy pequeños (o bien rallada con la parte gruesa del rallador)
  • 2 cucharadas de salvia fresca picada muy fina
  • 25 g (2 y 1/2 cucharadas) de queso Cheddar curado cortado en dados muy pequeños

Para pintarlos:
  • 1 huevo batido
  • 1 cucharada de leche


INSTRUCCIONES DE LA RECETA:
  1. Precalienta el horno a 190ºC con las dos resistencias encendidas, la de arriba y la de abajo.
  2. Mezcla en una fuente amplia la harina, la levadura de repostería, la sal y el azúcar.
  3. Una vez mezclado todo, añade la mantequilla muy fría cortada en dados pequeños y mézclala con la harina presionando con los dedos hasta que tenga el aspecto de pan rallado grueso (puedes imágenes en el vídeo).
  4. Añade a la mezcla anterior la manzana, el queso cheddar y la salvia fresca. Mézclalo dando vueltas con una cuchara. Deja un hueco en el centro.
  5. En un cuenco o un plato aparte, bate el huevo con un tenedor, añade la leche y mézclalo.
  6. Añade la mezcla de huevo y leche a la fuente con los ingredientes secos y mézclalo suavemente con una cuchara. Cuando esté demasiado espeso para seguir dando vueltas, presiona la mezcla con la parte de atrás de la cuchara para que se una formando una bola. Si tienes dificultades para conseguir formar la masa puedes añadir un poco más de leche, pero cuidado, hazlo de cucharadita en cucharadita para no excederte. No sobretrabajes la masa. El objetivo es únicamente que se una formando una bola.
  7. Pon la masa sobre una superficie enharinada y espolvoréala con un poco de harina por encima. Con las manos enharinadas, forma una bola con la superficie lisa. Aplasta la bola hasta formar un círculo de unos 18 cm de diámetro (puedes imágenes en el vídeo).
  8. Corta con un cuchillo el círculo en dos mitades, cada mitad en dos cuartos y cada cuarto en 2 octavos. Lo mejor es presionar con el cuchillo desde arriba y separar los trozos en lugar de moverlo horizontalmente (así se quedaría pegado a la masa).
  9. Pon los scones en una bandeja para horno con papel de hornear (si no tienes, engrasa la bandeja con un poco de mantequilla) y pinta la parte superior con la mezcla de huevo y leche.
  10. Hornéalos en el centro del horno precalentado a 190 ºC durante 15-20 minutos. Los scones estarán listos cuando hayan crecido y tengan la parte superior de un profundo color dorado.
  11. Tras sacarlos del horno, colócalos sobre una rejilla y déjalos enfriar unos minutos hasta que estén templados.
¡Y a disfrutarlo!


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