viernes, 31 de julio de 2015

Bollitos de Miel, Avena y Arándanos Rojos



Se podría decir que la receta que os traemos hoy es algo así como muesly de desayuno con cereales, miel y fruta deshidratada convertido en unos deliciosos bollos :-)

Estos no son unos de esos bollos que cuando los muerdes parece que en el interior sólo tienen aire. Todo lo contrario. Tienen una textura consistente y son muy nutritivos y energéticos. Además, son una alternativa saludable a otras opciones para el desayuno, ya que no tienen mucha grasa (sólo llevan 3 cucharadas de aceite vegetal), no tienen azúcar refinado sino que su ligero sabor dulce viene de la miel y tienen todos los beneficios de la avena.

Cómo llevan levadura de panadería y requieren tiempo de fermentación, no es una receta que se prepare rápidamente. Sin embargo, el tiempo estará bien invertido ya que están muy ricos y son una opción sana para el desayuno :-)

También se pueden hacer con uvas pasas en lugar de arándanos rojos deshidratados.


Sobre los ingredientes...

La levadura de panadería que usamos en esta receta es levadura seca que se comercializa triturada en sobres individuales para que sea muy fácil mezclarla con la harina. Si prefieres usar levadura de panadería fresca, hay que tener en cuenta que se necesitará aproximadamente el triple de cantidad que si usáramos levadura seca y que será necesario disolverla en el agua de la receta y dejarla reposar hasta que se forme espuma.

La levadura seca se activa en contacto con el agua de la receta. Se puede acelerar el proceso de fermentación de la masa utilizando agua tibia. ¡Cuidado con la temperatura! Tibia significa templada, sin llegar a estar caliente. Si la temperatura fuera demasiado alta, las levaduras, que son organismos vivos, podrían morir y la masa no crecería.

La avena es un alimento con muchos beneficios. Estos son algunos de ellos:
- Tiene una alta cantidad de fibra, es decir, ayuda al sistema digestivo a funcionar mejor y favorece la sensación de saciedad.
- Ayuda a reducir el colesterol malo.
- Contiene una alta cantidad de vitaminas y minerales (vitaminas del complejo B, vitaminas A y E, y minerales como el calcio, hierro, magnesio, zinc, potasio y sodio) que forman parte de una buena alimentación.
- Es un carbohidrato de absorción lenta, lo que hace que su energía se libere poco a poco y por tanto ayuda a regula el nivel de azúcar en la sangre.

Arándanos Rojos Secos

Los arándanos rojos (cranberries) son unas bayas originarias de américa del norte. Son pequeñas, con forma ovalada, duras, y de color rojo intenso. Cuando se comen crudas y frescas son muy ácidas.

Los indios americanos usaban esta bayas como alimento y también como medicina, ya que tienen un alto contenido de vitamina C y también contienen muchos antioxidantes. Los marineros y los colonos americanos las usaban para prevenir el escorbuto, enfermedad que aparece cuando hay carencia de vitamina C.

Nunca se comen frescos y crudos. Se toman secos (como las uvas pasas) o bien se cocinan, ya que se necesita añadir azúcar para contrarrestar su sabor ácido. Normalmente se usan en postres, bizcochos, muffins o magdalenas, tartas, galletas, pasteles, etc. Pero también se usan para hacer compotas, mermeladas, confituras y salsas para platos salados como por ejemplo asados. Su sabor afrutado se acentúa cuando se mezclan con ingredientes dulces y cuando se combinan con otras frutas como manzanas, peras y naranjas.



























Sobre la forma de prepararlos...

La técnica para prepararlos no es complicada y no se requieren robots de cocina ni accesorios sofisticados.

El único inconveniente es que, igual que en todas las recetas que llevan levadura de panadería, se requiere tiempo (entre 3 y 4 horas), ya que se tiene que dejar fermentar la masa para que suba dos veces.

La primera fermentación es tras formar la masa, y la segunda, una vez que hemos dividido la  masa en 16 partes iguales y les hemos dado forma de panecillos. Sin embargo, aunque lleve tiempo, el resultado bien merece la pena.

Hay que tener en cuenta también que el tiempo de fermentación de la masa es muy dependiente de la temperatura. A más temperatura, menos tiempo.

Si los panecillos los vas preparar para el desayuno, puedes meterlos a la nevera tras la segunda fermentación y hornearlos al día siguiente, justo antes del desayuno, para consumirlos recién hechos.

Sobre su conservación...

Al llevar levadura de panadería, la conservación de estos bollitos es similar a la del pan. Es decir, cuando mejor están es cuando están recién hechos (mejor si están templados) y es mejor no dejarlos de un día para otro porque se pondrían duros.

La buena noticia es que se pueden congelar envueltos en papel de aluminio. Si los congelas tras sacarlos del horno cuando se han enfriado pero todavía están tibios, tras descongelarlos estarán igual que si estuvieran recién hechos.

Como están más ricos templados, puedes calentarlos unos minutos en el horno, o bien en un microondas que tenga resistencia para gratinar. Si lo haces en el microondas con la resistencia para gratinar, ponlos en la parte de abajo para que no se tuesten (no uses la rejilla que tienen los microondas para acercar los alimentos a la resistencia de gratinar).


Aquí os dejo la receta. ¡Espero que la disfrutéis! :-)


¿Te gustan los dulces para el desayuno? Puedes encontrar más recetas en nuestra Página de Dulces para el Desayuno.

¿Te gustan los arándanos rojos? Puedes encontrar más recetas en nuestra Página de recetas con arándanos rojos.

¿Te gusta la avena? Puedes encontrar más recetas en nuestra Página de Recetas con Avena.

Si te gusta esta receta, también te gustarán éstas:

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VÍDEO DE LA RECETA, INGREDIENTES E INSTRUCCIONES PASO A PASO:
En el siguiente vídeo en alta definición puedes ver las instrucciones de la receta paso a paso con imágenes. La música de este vídeo es Royalty Free y está disponible aquí:
Minimal Illusions
Winds Of Inspiration




Bollitos de Miel, Avena y Arándanos Rojos

Se podría decir que la receta que os traemos hoy es algo así como muesly de desayuno con cereales, miel y fruta deshidratada convertido en unos deliciosos bollos :-) Estos no son unos de esos bollos que cuando los muerdes parece que en el interior sólo tienen aire. Todo lo contrario. Tienen una textura consistente y son muy nutritivos y energéticos. Además, son una alternativa saludable a otras opciones para el desayuno, ya que no tienen mucha grasa (sólo llevan 3 cucharadas de aceite vegetal), no tienen azúcar refinado sino que su ligero sabor dulce viene de la miel y tienen todos los beneficios de la avena.

INGREDIENTES:

Para los panecillos:
  • 450 g de harina de trigo
  • 120 g de copos de avena
  • 1 sobre de levadura de panadería seca de fácil disolución (5,5 g)
  • 1 y ½ cucharaditas de canela
  • ½ cucharadita de sal
  • 130 g de arándanos rojos deshidratados
  • 1 huevo ligeramente batido
  • 4 cucharadas de miel
  • 3 cucharadas de aceite vegetal suave (girasol, maíz, etc.)
  • 250 ml de agua

Para pintar los panecillos:
  • 30 g de mantequilla
  • 2 cucharadas de miel

NOTA: Si te gustan los bollos más grandes, puedes dividir la masa en 12 trozos iguales en lugar de 16.


INSTRUCCIONES DE LA RECETA:
  1. Pon en una fuente amplia de base ancha la harina de trigo, los copos de avena, la levadura de panadería seca, la canela, la sal y los arándanos rojos deshidratados. Mézclalo bien con una cuchara dejando un hueco en el centro.
  2. Añade en el hueco el huevo ligeramente batido, la miel, el aceite vegetal y el agua. Mézclalo con una cuchara. Cuando la mezcla empiece a estar muy espesa presiónala con la parte de atrás de la cuchara para que se una hasta que se forme una bola (puedes ver imágenes en el vídeo).
  3. Pon la masa sobre una superficie ligeramente enharinada y espolvorea harina por encima. Amásala durante unos 5 minutos. Para ello presiona la masa hacia abajo y ligeramente hacia adelante. Gírala 90 º, levanta la parte superior y dóblala hacia ti. Vuelve a presionar hacia abajo y hacia adelante (puedes ver imágenes en el vídeo).
  4. Forma una bola y ponla en una fuente amplia untada de mantequilla. Cúbrela con plástico de cocina o film transparente y deja que leve durante 1 o 2 horas hasta que doble su volumen. El tiempo dependerá de la temperatura ambiente. A más temperatura menos tiempo.
  5. Vuelve a ponerla sobre la superficie enharinada y amásala de nuevo durante 1 minuto para eliminar las burbujas de aire que se habrán formado en la masa.
  6. Forma una bola y córtala con un cuchillo en 2 mitades. Corta cada mitad en 2 cuartos. Con cada uno de ellos forma una bola y corta cada una en 4 cuartos. En total saldrán 16 trocitos de masa. Da a cada trozo forma de panecillo o bollito estirando la superficie de la masa con las manos hacia abajo.
  7. Coloca los bollitos en 4 filas ( 4 bollitos por fila) en una bandeja para hornear grande. Cúbrela con film transparente o plástico de cocina y deja levar de nuevo durante 30 - 60 minutos hasta que los bollitos doblen su volumen. De nuevo el tiempo dependerá de la temperatura ambiente.

  8. NOTA: En este punto, una vez que los bollitos hayan doblado su tamaño, puedes meter la bandeja en la nevera (sin quitar el film transparente) para hornearlos al día siguiente. Si lo haces así, sácalos de la nevera 30 minutos antes de continuar con el resto de pasos.

  9. Pon a precalentar el horno a 200 ºC.
  10. Pon en un cuenco 30 g de mantequilla derretida (puedes usar el microondas para derretirla) y 2 cucharadas de miel. Mézclalo dando vueltas con una cuchara hasta obtener una mezcla uniforme.
  11. Cuando los panecillos hayan doblado su volumen, píntalos con la mezcla de mantequilla y miel.
  12. Hornéalos en el centro del horno precalentado a 200 ºC durante 13-15 minutos hasta que estén ligeramente dorados Al final del horneado la mezcla de mantequilla y miel se puede tostar muy rápidamente, así que no pierdas de vista los bollitos ya que si te descuidas podrían tostarse demasiado.
  13. Tras sacarlos del horno deja que se enfríen sobre una rejilla hasta que estén tibios.
¡Y a disfrutarlo!


martes, 28 de julio de 2015

Farfalle con Calabacín y Yogur



Esta es una receta muy rica, ligera y sana ya que, a diferencia de otras, que llevan nata (crema de leche) para conseguir la consistencia cremosa de la salsa, esta receta lleva yogur natural, que tiene mucha menos grasa. Tiene un sabor suave y delicado y un ligero toque ácido que pone el yogur y que combina muy bien con el calabacín.

Esta receta también puede hacerse con otros tipos de pastas cortas como los tradicionales macarrones (penne), tubos, etc.


Sobre los ingredientes...

Para hacer esta receta se necesitan muy pocos ingredientes y todos ellos son ingrediente comunes de que se encuentran en todos los supermercados. Además de la pasta, los calabacines (zucchini o zapallitos) y el yogur, solo se necesita mantequilla, queso parmesano, nuez moscada, sal y pimienta negra.

El yogur que se usa es yogur griego, ya que es más cremoso que el yogur normal y menos ácido.

Sobre la forma de prepararlos...

La forma de preparar esta receta es muy fácil como casi todos los platos de pasta.

Los calabacines deben rallarse con la parte gruesa de un rallador. Se cuecen junto a la pasta, pero sólo durante 1 o 2 minutos, para que no estén crudos, pero tampoco demasiado cocidos (deben estar ligeramente crujientes). Por este motivo hay que añadirlos a la cazuela donde se hierve la pasta 1 o 2 minutos antes de que la pasta esté cocinada.

Recuerda que la mejor manera de saber si la pasta está cocinada o al dente es probándola, en lugar de fiarse del tiempo de cocción que viene en las instrucciones del paquete.

La salsa de yogur que acompaña a la pasta se puede preparar durante el tiempo de cocción de la pasta, así que la preparación de este plato, además de fácil, también es rápida.

Sobre su conservación...

Se puede conservar la pasta que sobre en la nevera, cubierta con film transparente (plástico de cocina) para que no se seque.

Puedes recalentarla en el microondas o en una sartén a fuego lento.

Para que no se sequen al recalentarlos, puedes añadir una cucharada de agua por plato.


Aquí os dejo la receta. ¡Espero que la disfrutéis! :-)


¿Te gustan la pasta? Puedes encontrar más recetas en nuestra Página de Recetas de Pasta Italiana. En esta página también puedes encontrar consejos para que la pasta te quede siempre perfecta.

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VÍDEO DE LA RECETA, INGREDIENTES E INSTRUCCIONES PASO A PASO:

En el siguiente vídeo en alta definición puedes ver las instrucciones de la receta paso a paso con imágenes. La música de este vídeo es Royalty Free y está disponible aquí:
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Farfalle con Calabacín y Yogur

Esta es una receta muy rica, ligera y sana ya que, a diferencia de otras, que llevan nata (crema de leche) para conseguir la consistencia cremosa de la salsa, esta receta lleva yogur natural, que tiene mucha menos grasa. Tiene un sabor suave y delicado y un ligero toque ácido que pone el yogur y que combina muy bien con el calabacín. Esta receta también puede hacerse con otros tipos de pastas cortas como los tradicionales macarrones (penne), tubos, etc.

INGREDIENTES:

Para la salsa:
  • 675 g de calabacines (zucchini)
  • 55 g de mantequilla
  • 2 yogures griegos naturales (2x125 g)
  • 80 g de queso parmesano rallado
  • Nuez moscada al gusto
  • Sal al gusto
  • Pimienta negra al gusto

Para la pasta:
  • 450 g de farfalle
  • 4 litros de agua
  • 1 cucharada de sal


INSTRUCCIONES DE LA RECETA:
  1. Ralla los calabacines con la parte gruesa de un rallador (puedes ver imágenes en el vídeo).
  2. Mientras tanto, pon a hervir 4 litros de agua en una olla o cazuela grande.
  3. Cuando el agua comience a hervir, añade una cucharada rasa de sal y toda la pasta al mismo tiempo. Déjala cocer a fuego medio-fuerte.
  4. Mientras se cuece la pasta, derrite la mantequilla en una sartén grande. Cuando se haya derretido apaga el fuego, añade el queso parmesano y mézclalo con la mantequilla.
  5. Añade el yogur, nuez moscada al gusto, pimienta negra al gusto y sal al gusto (entre 1/4 y 1 cucharadita). Mézclalo bien y resérvalo. Rectifica de sal si es necesario.
  6. 1 ó 2 minutos antes de que la pasta esté al dente, añade el calabacín rallado a la cazuela donde se está cociendo la pasta. Sumérgelo en el agua con ayuda de una cuchara o un tenedor.
  7. Reserva 4 cucharadas de agua de cocer la pasta.
  8. Cuando la pasta esté al dente, escúrrela en un colador junto al calabacín y añádela a la sartén con la salsa de yogur junto al agua de cocer la pasta reservada. Mézclalo bien.
  9. Sirve inmediatamente, espolvoreada con queso parmesano adicional y pimienta negra (opcional).
¡Y a disfrutarlo!


jueves, 23 de julio de 2015

Pastel Invertido de Nectarinas



Este pastel tiene una capa de nectarinas caramelizadas con mantequilla y azúcar moreno y una capa de bizcocho esponjoso que forman un conjunto delicioso. Tiene un sabor a fruta muy rico y un aire muy veraniego. Se sirve templado o a temperatura ambiente y está riquísimo acompañado de un poco de nata montada.

La palabra "invertido" del nombre de la receta quiere decir que se hornea "del revés". Es decir, primero se pone en el molde la capa de fruta y encima la capa de bizcocho, y tras el horneado se le da la vuelta.

Es perfecto como postre o para acompañar un café o un te a cualquier hora del día.


Sobre los ingredientes...

Para hacer este pastel se requieren pocos ingredientes.

La capa de nectarinas caramelizadas se hace con mantequilla, azúcar moreno y nectarinas en rodajas.

La capa de bizcocho se hace con harina de trigo, azúcar, bicarbonato sódico (soda) , sal, huevos, mantequilla y buttermilk.

Las nectarinas, que son una variedad de melocotones con a piel lisa, sin vellosidad, se pueden sustituir por melocotones (duraznos o durazneros).

Igual que el pan irlandés, la parte de bizcocho de este pastel crece y consigue su textura esponjosa debido a una reacción química que se produce entre el bicarbonato sódico (soda) y el ácido láctico que contiene el "buttermilk" (suero de mantequilla o mazada). El buttermilk es el líquido que queda cuando se obtiene mantequilla a partir de la leche. Es un líquido de color amarillento con bajo contenido en grasa y sabor agrio.

Actualmente, el buttermilk que se comercializa no se obtiene de la manera tradicional, sino añadiendo a la leche bacterias que convierten la lactosa de la leche en ácido láctico para simular el producto original.

El buttermilk no es se encuentra fácilmente en algunos países. Si no te resulta fácil encontrarlo, no te preocupes, ya que se puede hacer casero muy fácilmente. Puedes conseguir algo muy parecido añadiendo a la leche un agente acidulante, como el zumo de limón o el vinagre de manzana, y dejándola reposar unos 15 minutos (no es necesario dar vueltas con una cuchara). Verás como la leche se corta y se vuelve agria, y empiezan a aparecer grumos más espesos. La proporción es una cucharada (15 ml) por cada taza (240 ml). Otra opción es sustituir el buttermilk por la misma cantidad de yogur natural.



Sobre la forma de prepararlo...


Es muy fácil de hacer, no requiere utensilios de cocina especiales y no lleva mucho tiempo de preparación. El único requisito especial es que el molde en el que se hornee no sea desmontable. Debe ser un molde redondo para tartas no desmontable.

Para preparar la capa de bizcocho, tan sólo hay que mezclar los ingredientes secos por un lado, los ingredientes húmedos por otro y después mezclar ambos suavemente hasta que los ingredientes secos se humedezcan y se obtenga una pasta espesa.

En ese punto no hay que insistir más mezclando, ya que de lo contrario la harina liberaría el gluten que contiene y el bizcocho podría quedar duro.

Para montar el pastel invertido, en primer lugar se pone en el molde mantequilla derretida. Sobre la mantequilla se colocan las nectarinas y por último se vierte la pasta de la capa de bizcocho por encima.

Tras el horneado hay que colocar el plato donde se vaya a servir sobre el molde y hay que darle la vuelta como si se tratara de una tortilla.

Sobre su conservación...

Si te sobra algo, se puede conservar unos 2-3 días en la nevera bien tapado con film transparente (plástico de cocina) para que no se seque. Pero ten en cuenta que se consume templado o a temperatura ambiente, así que tendrás que sacarlo unos 30 minutos antes de consumirlo.

También se puede congelar entero o en raciones individuales envueltas en papel de aluminio.


Aquí os dejo la receta. ¡Espero que la disfrutéis! :-)

¿Te gustan los postres? Puedes encontrar más recetas en nuestra Página de Postres.

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VÍDEO DE LA RECETA, INGREDIENTES E INSTRUCCIONES PASO A PASO:

En el siguiente vídeo en alta definición puedes ver las instrucciones de la receta paso a paso con imágenes. La música de este vídeo es Royalty Free y está disponible aquí:
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Pastel Invertido de Nectarinas

Este pastel tiene una capa de nectarinas caramelizadas con mantequilla y azúcar moreno y una capa de bizcocho esponjoso que forman un conjunto delicioso. Tiene un sabor a fruta muy rico y un aire muy veraniego. Se sirve templado o a temperatura ambiente y está riquísimo acompañado de un poco de nata montada. La palabra "invertido" del nombre de la receta quiere decir que se hornea "del revés". Es decir, primero se pone en el molde la capa de fruta y encima la capa de bizcocho, y tras el horneado se le da la vuelta.

INGREDIENTES:

Para la capa de bizcocho:
  • 260 g de harina de trigo
  • 150 g de azúcar
  • 1 cucharadita de bicarbonato sódico (soda)
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 2 huevos
  • 240 ml de buttermilk (o bien, 225 ml de leche y 1 cucharada (15 ml) de zumo de limón)
  • 55 g de mantequilla

Para la capa de nectarinas:
  • 55 g de mantequilla
  • 100 g de azúcar moreno
  • 4 nectarinas grandes


INSTRUCCIONES DE LA RECETA:
  1. Precalienta el horno a 180 ºC (pon calor tanto abajo como arriba) y unta de mantequilla las paredes de un molde para tartas redondo que no sea desmontable.
  2. Si no dispones de buttermilk, añade una cucharada de zumo de limón recién exprimido a 225 ml de leche. Deja que repose unos 15 minutos. No es necesario que le des vueltas con una cuchara. Tras ese tiempo verás que se han formado grumos. Es normal.
  3. Pon en una fuente amplia o un recipiente para mezclar la harina, el azúcar, el bicarbonato sódico (soda) y la sal. Mézclalo bien con una cuchara y deja un hueco en el centro. Puedes ver imágenes en el vídeo.
  4. En otra fuente mediana o un cuenco grande, pon dos huevos y bátelos ligeramente. Añade el buttermilk y la mantequilla derretida a temperatura ambiente. Mézclalo dando vueltas con una cuchara hasta tener una mezcla uniforme.
  5. Añade la mezcla de huevos y buttermilk a la fuente con la mezcla de harina. Mézclalo suavemente con una cuchara hasta que la harina se humedezca y se forme una pasta espesa. No es necesario insistir más a partir de ese punto.
  6. Corta las nectarinas por la línea natural que tienen y ábrelas en dos mitades. Quita el hueso o pepita. Corta cada mitad en 2 cuartos y cada uno de ellos en 2 o 3 trozos. Puedes ver imágenes en el vídeo.
  7. Vierte la mantequilla derretida en el fondo del molde. Muévelo para asegurarte que la mantequilla se reparte bien por el fondo. Espolvorea por encima el azúcar moreno y coloca encima las rodajas de nectarina (puedes ver imágenes en el vídeo). Vierte encima de las nectarinas la pasta de la capa de bizcocho.
  8. Hornéalo en el centro del horno precalentado a 180 ºC durante 45 minutos.
  9. Tras sacarlo del horno deja que se enfríe 10-15 minutos. Después, coloca un plato encima del molde y dale la vuelta.
  10. Sírvelo templado o a temperatura ambiente. Está riquísimo acompañado de un poco de nata montada.
¡Y a disfrutarlo!


lunes, 6 de julio de 2015

Pechuga de Pollo con Salsa de Champiñones, Mostaza y Estragón



¿Quien dijo que comer pechuga de pollo es aburrido? Hoy os traemos una receta de pechuga de pollo deliciosa, con un sabor exquisito y muy aromática, gracias a la salsa de champiñones, mostaza y estragón fresco.

Como tiene gran cantidad de salsa, podemos acompañarla de arroz blanco, o bien de pasta, y así podemos tener un plato único muy completo. El arroz o la pasta estarán riquísimas impregnadas de la salsa.

Y si decides tomarla sola como segundo plato, ten a mano un buen pan para mojarlo en la salsa :-).


Sobre los ingredientes...

Para preparar la salsa que acompaña a la pechuga de pollo se necesitan champiñones, chalota, ajo, vino blanco, nata líquida (crema de leche), caldo de pollo, mostaza a la antigua y estragón.

Estragón Fresco
El estragón es una hierba aromática cuyas hojas  se usan para aromatizar salsas, adobos, marinadas y ensaladas.

Tiene un sabor anisado con toques dulces y ligeramente picantes.

También se conoce como dragoncillo o hierba de dragón.

Se usa mucho en la cocina del norte y del este de Europa y en la gastronomía de Francia es un ingrediente fundamental.

Hay dos tipos: el estragón francés y el estragón ruso. El más utilizado es el francés, ya que el estragón ruso es de otra especie distinta, menos aromática y algo amarga.

No hay que confundir el estragón francés con el estragón mejicano que se usa en el mole verde típico de Jalisco, ya que este último es una planta diferente.

El estragón se puede encontrar fresco o seco. En esta receta, se usa estragón fresco.

Chalotas
La mostaza a la antigua se diferencia de la mostaza de Dijon porque, mientras que en la primera los granos de mostaza están completamente triturados, en la mostaza a la antigua sólo se trituran parcialmente, quedan muchos enteros y se pueden apreciar perfectamente. Tienen sabores ligeramente diferentes. La mostaza de Dijón tiene un sabor más intenso y picante.

Las chalotas también se conocen con el nombre de escalonias, echalotes o echalotas y son unos bulbos de la misma familia que la cebolla, el ajo y el puerro. Son más pequeñas que las cebollas, son muy aromáticas y tienen un sabor suave, dulce y delicado parecido a una mezcla entre cebolla y ajo.

Recuerda que para limpiar los champiñones no está recomendado sumergirlos en agua, ya que absorben gran cantidad de agua y, al expulsarla, con ella también se va su sabor. Hay que intentar usar la mínima cantidad de agua posible y además sin sumergirlos. Si no están muy sucios, puede ser suficiente limpiarlos con un paño mojado.

Sobre la forma de prepararla...

Esta receta es muy fácil de hacer y además se puede preparar en unos 40 minutos.

En primer lugar hay que sellar la pechuga de pollo cortada en filetes. Para ello se pasa por la sartén con aceite de oliva a fuego medio fuerte hasta que se dore.

El objetivo es dorar la carne por la parte exterior para que los jugos queden en el interior. Así nos quedará la carne jugosa.

Para el ello el fuego debe ser suficientemente fuerte sin llegar a quemar la carne. No pasa nada si por dentro no quedan muy hechas ya que después volverán a la sartén unos minutos más cuando la salsa esté preparada.

Si el fuego no fuera suficientemente fuerte, la carne quedará más seca.

Para preparar la salsa tan sólo hay que saltear los champiñones, la chalota y el ajo, añadir el vino blanco, la nata, el caldo de pollo y la mostaza y dejar que se reduzca. El estragón fresco se añade al final.

La salsa de esta receta no es muy espesa. Si te gusta más densa, reduce la cantidad de caldo de pollo.

Sobre su conservación...

Esta receta está mejor cuando está recién hecha. Sin embargo, si te sobra, se puede guardar en la nevera y consumirla en otro momento.

Para calentarla utiliza la sartén en lugar del microondas, ya que el microondas puede hacer que quede más seco. Caliéntala a fuego lento, con la sartén tapada con una tapa para evitar que la salsa se evapore.


Aquí os dejo la receta. ¡Espero que la disfrutéis! :-)

¿Te gusta el pollo? Puedes encontrar más recetas en nuestra Página de Recetas de Pollo.

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VÍDEO DE LA RECETA, INGREDIENTES E INSTRUCCIONES PASO A PASO:
En el siguiente vídeo en alta definición puedes ver las instrucciones de la receta paso a paso con imágenes. La música de este vídeo es Royalty Free y está disponible aquí:
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Pechuga de Pollo con Salsa de Champiñones, Mostaza y Estragón

¿Quien dijo que comer pechuga de pollo es aburrido? Hoy os traemos una receta de pechuga de pollo deliciosa, con un sabor exquisito y muy aromática, gracias a la salsa de champiñones, mostaza y estragón fresco. Como tiene gran cantidad de salsa, podemos acompañarla de arroz blanco, o bien de pasta, y así podemos tener un plato único muy completo. El arroz o la pasta estarán riquísimas impregnadas de la salsa.

INGREDIENTES:

  • 2 pechugas de pollo
  • Sal al gusto
  • Pimienta negra al gusto
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 225 g de champiñones en láminas finas
  • 1 chalota picada fina
  • 1 diente de ajo machacado
  • 125 ml de vino blanco
  • 125 ml de nata líquida (crema de leche)
  • 200 ml de caldo de pollo, o bien, 200 ml de agua y media pastilla de concentrado de caldo
  • 2 cucharadas de mostaza a la antigua
  • 2 cucharadas de estragón fresco picado
  • Sal y pimienta negra al gusto


INSTRUCCIONES DE LA RECETA:
  1. Limpia los champiñones y córtalos en láminas finas (puedes ver imágenes en el vídeo). Pica la chalota.
  2. Corta longitudinalmente las pechugas de pollo por la mitad, dividiendo cada una en 2 filetes del mismo grosor (puedes ver imágenes en el vídeo). Añade sal y pimienta negra recién molida a tu gusto.
  3. Calienta una cucharada de aceite de oliva en una buena sartén a fuego medio-fuerte. Cocina los filetes por tandas hasta que estén dorados por el lado que está en contacto con la sartén. El fuego tiene que ser lo suficientemente fuerte para que la carne se dore por fuera quedando muy jugosa por dentro, sin llegar a quemar demasiado la parte exterior. Dales la vuelta y cocínalos unos minutos más por el otro lado hasta que estén dorados. Resérvalos en un plato hasta que la salsa esté hecha.
  4. Para preparar la salsa, añade a la sartén otra cucharada de aceite y la chalota picada. Cocínala a fuego medio-fuerte dando vueltas continuamente durante 1 minuto.
  5. Añade el ajo machacado y cocínalo dando vueltas continuamente durante 30 segundos o 1 minuto como máximo. Ten cuidado de que el fuego no sea demasiado fuerte, ya que podría tostarse demasiado o quemarse y esto no es deseable ya que tendría un sabor amargo. Hay que cocinarlo sólo hasta que empieza a desprender olor.
  6. Añade los champiñones en láminas y cocínalos a fuego medio-fuerte dando vueltas con una cuchara frecuentemente hasta que se hayan reducido y estén marrones (puedes ver imágenes en el vídeo). Esto llevará unos 7-8 minutos.
  7. Añade el vino, la nata líquida y el caldo de pollo (o la misma cantidad de agua y 1/2 pastilla de concentrado de caldo). Llévalo a ebullición y deja que se reduzca a la mitad (unos 8-10 minutos).
  8. Añade la mostaza y el estragón picado. Mézclalo bien con la salsa
  9. Añade el pollo a la sartén, llévalo a abullición y déjalo 3-5 minutos más.
  10. Antes de servir rectifica la sal y la pimienta si lo consideras necesario.
¡Y a disfrutarlo!